Poco después de aquello, dejé el instituto... mi madre no pudo soportarlo, así que me fui de casa para no ser una vergüenza para ella. Encontré trabajo como bailarina de un club nocturno, ganaba mas en propinas que lo que era mi sueldo. Conocí a mucha gente, gente buena, gente mala, gente influyente e incluso algún famoso. Mi nombre de bailarina era Sadie Page.
Una buena noche había un concierto de rock en el club, era unas horas antes de que empezara mi turno, pero quería ir, y así lo hice. Fue impresionante, cada nota, cada solo de guitarra, cada golpe en las cuerdas del bajo y un fantástico batería. Tenía que hablarles, felicitarles... así que me acerqué.
_¡Eh! enhorabuena, ha sido un gran concierto, os había visto por Internet, pero verles aquí hoy... tengo los pelos de punta_ una parte de mi me decía que estaba haciendo un ridículo espantoso pero uno de los guitarristas se acercó a mi y me dijo _Me alegra oír eso, estábamos muy nerviosos por tocar aquí, no pensamos tener a nuestro público habitual_ el otro guitarrista le interrumpió echándole el brazo por encima _Pero pagaban tan bien que no lo pudimos resistir_ los dos empezaron a reír desmandados, como si hubiese un chiste privado. El cantante se acercó también para agradecerme mis palabras, estaba deslumbrada por lo humilde de aquellos chicos. _Me quedaría hablando con vosotros toda la noche, pero tengo que irme ya_ les dije.
Lo que ellos no sabían era que yo trabajaba allí, y lo que yo no sabía era que ellos cobraban en pases privados. Me subí a mi barra a bailar, a mi lado estaba la que era mi mejor amiga, su nombre de bailarina era Sterling, que significa "auténtico, de alta calidad", ella decía que derivaba de un término del Inglés antiguo que significaba "pequeña estrella".
Mientras bailábamos Night Prowler de AC/DC, los del grupo estaban de un lado a otro del local, por separado. Sin más, Sterling me miró con los ojos mas enormes que había visto hasta la fecha _tía, no dejan de mirarnos esos dos, desde la barra_ me dijo en un cambio de barra. Cuando giré la cabeza por encima de mi hombro, les vi, Drake el vocalista y Jarel el guitarra solista, mirándonos como si fuesen sin techo en el escaparate de una pastelería... Drake me miraba fijamente, me sentí como la oveja mas desvalida e inerme de aquel labrantío, a punto de ser devorada por el lobo mas feroz, monumental, perspicaz y ávido.
