sábado, 14 de septiembre de 2013

Capítulo 2.


Vivía en Boston. Era un día mas de lo que, creía, sería el resto de mi vida (al menos, mi vida estudiantil). Estaba en clase, a primera hora, mas dormida que despierta, cuando él entró por la puerta del aula. Llevaba unas botas de cowboy bajo unos jeans ajustados y raidos, chaqueta de cuero negra (igual de ajada que sus jeans) el pelo algo largo y desaliñado a juego con una barba de unos dias, color rubio. La nariz mas perfecta que jamás había visto, sus cejas eran anchas, expresivas, le daban a su mirada gris verdoso un toque agresivo y penetrante.
Con mi falta de suerte se sentó en el extremo opuesto a mí. Traté de llamar su atención durante toda la maldita mañana... ¿quién me iba a decir a mi...?
Estaba tan perdida en su físico, que no supe su nombre hasta la hora del recreo. Paul.
En el instituto yo no era popular o estúpida, así que como resultado, se metían conmigo... Hasta ese día. Me encontraba absorta en mis cosas a la hora del recreo, cuando la "Barbie" apareció con su séquito de fulanas anoréxicas, y me tiraron la comida al suelo. Me levanté embravecida, DETESTO desperdiciar la comida, y "Barbie" dijo con sorna_ ¿qué? ¿que vas a hacer? _. Agaché la cabeza y relajé los hombros, no tenía pensado hacer nada, me dejé llevar por un impulso, eso era todo.
Sentí que me observaban, levanté la mirada y entonces le vi... Paul estaba apoyado en un árbol, fumaba un cigarrillo de dudosa procedencia, y con este en la boca me hizo un gesto con sus brazos y hombros... Gesto que interpreté como "¿QUE HACES?". En ese momento algo sacudió todo mi ser, como una ola de tormenta golpea una balsa naufragando. En ese mismo instante mi vida entera cambió. Porque comprendí y sentí que era LIBRE... LIBRE de elegir.

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